domingo, 1 de abril de 2012

Opeth - Teatro Flores 31/12/12



Mikael Akerfeldt es un tipo, por lo menos, brillante. 
Lleva adelante una de las bandas mas relevantes de los últimos 20 años, y ante cada nuevo disco, todos paran la oreja.
Esta segunda visita de Opeth a nuestro país no pasó inadvertida por mi como la primera, allá por 2009 cuando tocaron en The End. Sabía (por los dvd 'Lamentations' y 'Live At Roger Albert Hall') que Opeth en vivo era algo que tenía que ver si o si.
La gran incógnita era como iba a sonar. Un flaco por ahí me dijo que "en 2009 sonaron muy mal, no se entendía casi nada". Pero esa noche en flores no tuvo nada que ver.
Y fue para mi sorpresa, porque después de un show como el de Roger Waters, pensé (como muchos) que no volvería a escuchar un show fuerte. Por suerte, me equivoqué.
El show del sábado 31 de marzo en el Teatro Flores se escuchó increíble. Hubo un par de momentos donde no se apreció la guitarra de Fredrik Åkesson (como en el solo de 'The Devil's Orchard' canción que abrió la noche), pero fueron los menos.


Durante todo el show, y en especial, en el primer set, donde abundaban los teclados y se necesitaba una calidad excelente de audio para apreciarlo, no fallo en absoluto.
El show se dividió en dos sets: El primero, la parte mas progresiva y "calma" de la banda, donde temas como 'Burden' o 'Windowpane' mantenían a todos los que concurrieron hipnotizados. 
'Slither' fue dedicada a Ronnie James Dio y dio paso, al que creo que fue el pogo mas grande de toda la noche.
También, durante este set, se presentó 'Heritage' el último disco de Opeth, donde Akerfeldt no grita ni una sola vez y la banda "deja de lado" el heavy metal. Obviamente que a partir de ese sonido sale su música; pero todo el disco toma como referencia directa el rock progresivo de los 70' y tiene muchos arreglos de jazz, cosa que se nota en el trabajo de batería de Martín Axenrot. 
Cuando Akerfeldt presenta 'The Lines In My Hand' como "una canción que ustedes tal vez la pongan en el lugar de clásico y la pidan siempre. O tal vez no, y la tiren y caguen sobre ella" muestra como Opeth ha ido evolucionando desde el Death Metal de sus primeros discos, a esta banda tan ajustada como si de una banda de jazz se tratara.

"Llegamos al momento de mostrar la otra faceta de esta banda" dijo el cantante antes de arrancar con la parte mas pesada de esta banda. Y tenía razón. Esta faceta no tiene nada que ver con la banda de la primera parte. Y ni siquiera hubo intervalo entre 'Folklore' y 'Heir Apparent'. Akerfeldt no tiene nada que ver con el cantante que entonaba las estrofas de 'Windowpane'.



Este es una bestia que ruge desde el infierno, tira riffs interminables y hace solos a la perfección mientras que al lado de él, Martín Mendez nos muestra que tiene mil dedos.
Es increíble presenciar la potencia de ESAS canciones. 'The Grand Conjuration', 'The Drapery Falls' y el cierre, con esas sincopas interminables de "Deliverance" marcaron el fin de la segunda visita de los suecos a estas tierras lejanas.
Lejanas para ellos, no para Martín Mendez, el uruguayo que llegó a Suecia en los 90' a probar suerte y se quedó. 
Opeth nos dejó la sensación de que la perfección existe. Y también, de que un show en Buenos Aires puede sonar fuerte y claro, como hace no tanto tiempo.

Setlist 31-03-12:

1- The Devil's Orchard
2- I Feel The Dark
3- Face Of Melinda
4- Slither
5- Windowpane
6- Burden
7- The Lines In My Hand
8- Folklore
9- Heir Apparent
10- The Grand Conjuration
11- The Drapery Falls
12- Deliverance


Opeth

Escribió: Reznik__

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