martes, 12 de febrero de 2013

Con fotos y palabras... Así se vivió el CR2013


El escenario principal a lo lejos en las primeras horas
Cuántas anécdotas por contar después de 3 días a puro festival. Fue sábado, domingo y lunes. Fueron tardes en el río, mates en las rocas, hamburguesas, milanesas o choripanes saboreadas en las mesas de plástico que eran restaurantes de lujos y fueron varios tragos de cerveza, fernet y hasta sangría en los pasillos de tierra previos a la entrada al Aeródromo de Santa María de Punilla.

El mural para la foto del recuerdo.
Miles y miles de cordobeses trabajando para albergar a más de 30 mil personas que se acercaron al pueblo y sus alrededores sólo por amor a la música. Camping, hostel, hotel, casas o departamentos, todos eran los hogares en el feriado por carnaval. Con remeras del Festival, algunas de las bandas convocadas y muchos con tatuajes en diferentes puntos de su cuerpo.

En su mayoría, provenientes de Córdoba capital y sus alrededores y en su minoría del resto de las provincias del país. Porteños, sanjuaninos, mendocinos y tantos otros jóvenes en busca del paisaje de las sierras y sus pequeños ríos y del buen rock, heavy metal y hasta reggae.

Pappo, Luca y el Flaco unidos en el mismo mural.
Dentro del predio no sólo la música era la protagonista. Murales en banderas de las figuras emblemáticas del rock como Luca Prodan, Luis Alberto Spinetta, Miguel Abuelo, Pappo; un mural gigante en el cual había diferentes expresiones, entre las cuales figuraba el “Justicia o Libertad para Callejeros”, stands con comida y bebida auspiciantes del festival, gran cantidad de baños químicos desparrramados por distintos puntos del predio y varios juegos a los cual subirse. El toro mecánico y la vuelta al mundo eran los grandes protagonistas de la diversión, junto a los shows de Fuerza Bruta. 

El agua, clave para la hidratación.
Patrocinados por el Ministerio de salud de la Provincia de Córdoba se encontraban los puestos con agua mineral y barritas de cereal nutritivas gratis; al igual que un yogur bebible y una leche chocolatada; todos contribuyendo para alimentarse después de tantas horas caminando al aire libre.

Las chicas desde temprano en las vallas.
Los servicios de emergencia de salud estuvieron al pie del cañón y casi ni se vieron descompensados. En el peor momento de casi aplastamiento, en los recitales principales de las bandas o artistas de público más convocante, los de seguridad estaban atentos brindado sorbos de agua y mirando que nadie termine aplastado por las vallas que separaban el público del escenario.

El pogo de Kapanga, infaltable.
Disfrutar el recital para algunos era estar sentados en el pasto o hasta recostados en un rincón lejano al escenario, con los oídos puestos en las canciones. Para otros significaba estar de pie viéndolo a través de las pantallas enormes metros atrás. Para otros era la búsqueda, aunque se viera minúsculo, de la figura que cantaba. Para algunos era quedarse cercano a las vayas para comandar el pogo. Para otros era desvivirse cantándole a la voz líder, pegado a la vaya, no midiendo la dimensión de la gran cantidad de gente que le seguía atrás y sólo pidiendo a gritos una mirada, un saludo o un simple gesto de pertenencia y comunicación con el músico en escenario.

El camino de la amistad hacia el predio.
El Cosquín Rock tiene esa magia de estar todos unidos por la música. Un poco más cerca, un poco más lejos; solos, en pareja, con amigos o hasta en familia, cada uno vive a su manera el festival más grande y más convocante de Córdoba que crece año a año por su buena organización. Un Cosquín Rock que busca afianzar esa relación indescriptible y emocionante entre el público y los artistas.






Florencia Martínez
@mariflumartinez
La espera por su banda preferida.

Murales por todos lados y un pedido por Callejeros.


Las sierras cordobesas: el paisaje ideal.


Los baños químicos presentes en cada rincón.

Los restaurantes de lujo camino al predio.

Todos ofrecen, todos brindan.

Las carpas en el medio de los pastisales.

El Río Cosquín, atracción de baño para los jovenes.

La vuelta al mundo, una de las atracciones
Santa María de Punilla en su esplendor.





A la espera del show principal
La Avenida San Martín

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