martes, 12 de febrero de 2013

Cosquín Rock 2013: Día 3

 El broche de oro en las sierras


Llegaba el último día del
Cosquín Rock 2013. Ya con menos público metalero entre las calles, pero ya con una caracterización que ayudaba a saber de qué se trataba esta tercera jornada del festival de Córdoba. Rastas por acá, remeras de Bob Marley y algunas pulseras, remeras y tatuajes con los colores jamaiquinos simbolizaban que se venía el temático de reggae en el escenario secundario. 

Aunque, del otro lado, bandas de esas que llevan años y años en el populismo argentino, con público fiel y muchos amantes de sus shows en vivo, estarían en el escenario principal. Centrado en el rock, pero hasta con momentos de pop y de música absurda, iba a conformar los protagonistas del día cierre del CR2013

Caperucita Coya rockeó en el comienzo.
Bien temprano llegaría la primera grata sorpresa de la tarde. Inaugurarían el escenario principal los Caperucita Coya, la banda de adolescentes, con mucho power rock. Integrada por Simón Rutilo (voz y guitarra), Martín Pla Filippelli (guitarra), Tomás Noxico (bajo) y Federico Schillagi (batería), a los gritos de recomendaciones de los pequeños rockeros como “escuchen bandas nuevas” y con una voz particular de su cantante Rutilo, la banda conquistó a los poquitos cordobeses que se acercaron tan temprano. Hasta entregaron algunos discos a la muchachada para que puedan conocer su música más a fondo.
El Kuelgue desplegó su música y humor absurdos.

El turno de El Kuelgue llegó a continuación. Muchas sonrisas conocidas, algunas caras familiarizadas con su música y el rock casi pop absurdo marcaría más risas en la tarde del lunes. El humor característico permaneció en el escenario con el lenguaje particular del cantante Julian Kartun; que hacía juego de voces todo el tiempo, con un canto por momentos hablado y por otros entonado; sumado a los sonidos y chistes del tecladista Santiago Martínez; también un talento de voz nato para acoplarse a la cálida y bailantera música del El Kuelgue. Fue media hora de sonrisas del grupo numeroso que cautivó a todos.
Contravos y Gaby Jurado a puro reggae.

En el principal seguía con Las Manos de Filippi, a puro ska y haciendo desatar el salto efusivo con aquel Señor Cobranza conocida popularmente gracias a la Bersuit Vergaravat. Sin embargo, en el otro ya habían pasado Lado 20, Cuanto Loco, Zumbira Ecos Palmares, Ron Damon y llegaría el turno de Contravos. La banda liderada por Gabriela Jurado marcaría la tarde de reggae con aplausos, sonrisas y momentos instrumentales para reggaer. Al compás de Palabras, el tema más popular y pegadizo del disco debut, y con un cierre con un mensaje clave: haya paz. Y, de esta manera, con Buscando la Paz, canción de Actor espectador, la banda compuesta por Marcelo Telechea (teclados), Maximiliano Calello (guitarra), Pablo Loban (batería), Santiago Vicente (bajo), Gaby Jurado (saxo y voz) y coros femeninos acompañarían los primeros grandes momentos de reggae.
Wallace fue un agradecido al Cosquín.

La otra cuota femenina llegó de la mano de Hijas de Zion y el otro reggae de viejos conocidos nació de Riddim, la banda de hits como Hey Bredda y Tu amor que seguían calentando el escenario de reggae.

Aunque, los grandes pogos se verían allá en el escenario principal. Había que realizar una larga caminata para empezar a palpitar los shows de Massacre y Kapanga respectivamente. Wallace arrancó diciendo que “En Buenos Aires tenemos captura” y allí arrancó el recital con su último corte de difusión Tengo Captura. Un Wallace agradecido a José Palazzo por el festival, insultando irónicamente a las autoridades, con sus pescadores y remera negros y su camisa escosesa roja, sería el anfitrión principal de la tarde massacrera. Siguió La octava maravilla y Tanto amor, dos temas popularmente escuchados en todas las radios, y culminó a puro salto y gritos eufóricos de cara al escenario cargado de músicos y muñecos a sus alrededores.
El Mono de Kapanga animó el festival.
Quien sino Kapanga para desatar el pogo más grande del Cosquín Rock. Con el Mono como estandarte, con temas himnos como Ramón, Me Mata y El Mono relojero y otros de su último disco titulado Lima, cargados de ska, con sonido similar a un cuarteto rockero, llegarían los kapangueros animadores de festivales. El amiguero momento llegaría con 3 invitados de lujo para tocar en Fumar: Micky Rodríguez (líder de La Que Faltaba y ex Los Piojos), del cual El Mono lo definió: “Él siempre será un piojoso”; también de Panchito Chévez (el músico cordobés que le faltan las piernas y las manos; pero toca la armónica como los dioses); a quien el líder de Kapanga miró al público y afirmó: “Cuando yo estoy mal, pienso en él”; sumado a Dani Jiménez, el periodista guitarrero de la radio Vorterix. Sin embargo, el gran chiste del hincha de Quilmes fue cuando comentó al público: “Si lo ven a Calamaro por Carlos Paz díganle que convide”, refiriéndose a la joven novia del salmón.
Kameleba y su reggae de San Luis

El reggae volvió a vibrar en el escenario 2 con Kameleba. La banda oriunda de San Luis demostró tener su público conocedor y, con Darío Alturria y su voz característica y sus bailes alegres, los Kameleba darían los primeros movimientos musicales con masiva concurrencia y ya con el clima cálido fresco de la tarde noche. Posteriormente, Resistencia, los talentosos instrumentalistas Dancing Mood, los en ascenso Zona Ganjah y los populares Nonpalidece cerrarían el escenario temático de reggae en el último día del festival.
Molotov y sus mexicaneadas.

Molotov rompieron musicalmente los parlantes del principal a puro rock rap. Los mexicanos preguntaron a los argentinos si estaban cansados y desataron a puro salto cabrón en el escenario cordobés. Gran show de los amigos de Illya Kuryaki and The Valderramas, quienes con su Ula Ula y sus hits también reventaron Cosquín. A puro funk, la banda de Dante Spinetta y Emanuel Horvilleur, invitó a tocar Remisero al basquetbolista Fabricio Oberto y Madafaka a los mexicanos de Molotov.

El cierre final llegaría con dos bandas con un rock y letras totalmente opuestos y hasta con un público distinto también. Por el lado de los Babasónicos, su rock casi titulado pop, con su Adrián Dárgelos coqueteador, letras juguetonas, con el sonido siempre impecable y con las jóvenes glamorosas que los siguen.
Por el lado de Las Pastillas del Abuelo, la siempre fiesta pastillera estaría basada en juego de luces, banderas, remeras de sus fans y los sálticos divertidos de Piti Fernández y compañía. 

13º edición del Cosquín Rock que nuevamente burló a las tormentas anunciadas para uno de los días y lo transformó en el festival más impresionante de la Argentina, en el cual conviven cientos de bandas del under que buscan aportar su música a la grilla; grupos de los denominados populares por su convocatoria masiva y artistas que son leyenda del rock nacional. Alegría cordobesa, caras de todas partes del país y un Santa María de Punilla y un Cosquín revolucionados son también protagonistas del exitoso festival que crece increíblemente año tras año después de aquel primer debut en el 2001.

Florencia Martínez
@mariflumartinez


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